lunes, 11 de noviembre de 2013

ëTHER «resaca»






...resaca...

El crujir con el que el cielo anuncia que la lluvia ya es tormenta, me despierta,
aprovecha, para hacerme saber también cuánto me duele la cabeza...
Tomo consciencia; abro los ojos pesadamente a causa de la jaqueca,
y marea y apesta y me esfuerzo estúpidamente en asimilar la escena y la sorpresa...
¿Quien lo dijera? ¿Quien pudo haberlo imaginado? Contrario a lo apostado y 
a lo especulado, contra todo lo pronosticado y contra lo deseado...
suspiro y exhalo y sigo respirando y desafiando todo lógica de lo diagnosticado; 
solo otro hereje condenado a veinticuatro horas más de cotidiano y esclavizado

a los designios de un Dios jodido, mediocremente vengativo, 
y a los caprichos de un destino que disfruta ver mis desatinos; sigo vivo,
no me resigno al arribo del mismo estéril, gris y frío típico amanecer común
melancólico, insípido, que he repetido hasta el hastío; aburrido de revivirlo,
de recibirlo y no poder hacer nada por impedirlo, vago perdido entre el filo
y la esquina en banquetas, calles, callejones y avenidas frías, bajo un cielo nublado
del que se ha ido la poesía, que invita y motiva ideas suicidas de encender y fumar
el primer cigarro del día... ese placer de envenenarme que pocos entenderían...

mis ojos miran la postal de la más patética melancolía que esta ciudad nociva
podría desnudar pa' compartirla, una triste fotografía más muerta que viva
de postes, cables, tinacos, antenas y azoteas citadinas ahogadas por la neblina,
en vías hundidas bajo una pasivo-agresiva, tupida lluvia-ácida matutina;
me guían en el extravío del olvido y del no recuerdo, del deber, del no poder, del no
querer hacerlo, del desasosiego enfermo por lo que no tengo y no tenerme respeto 
y entregar el cuerpo a todo aquello que no me es bueno y a los placebos
pa' curarme de tu recuerdo y del desahucio del suicidio al que me entrego...

y bebo y hiere y me sumerjo en el licor pa' que me cede en los vaivenes de los mares 
destilados del alcohol y de las pieles y me dejo seducir por las sirenas de agua'rdiente, 
por las súcubos complacientes que pretenden que me quede hasta saciarse y que me sequen, 
y que están a nada de convencerme, o las infieles que se divierten o las fugaces que vienen 
y que no vuelven o las ingenuas que no lo entienden y solo quieren sentir que se les quiere
y termina, como siempre, por valerme nada cuánto se esfuercen e intenten y me resulten 
indiferentes pues mienten cuando prometen que pueden adormecer lo que me duele 
por que ninguna es como verte y tenerte y ninguna borra este amargo sabor a ëther.



RAPATUSTRA © / 2K13







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